sábado, noviembre 12, 2005

él...




Solo había una puerta al final de aquel pasillo, de color verde. Mirando al frente observaba el poco espacio que le separaba de una estrecha porción de madera. Un suspiro golpeaba en la pintura al respirar para marcar la distancia con esa frontera.
El espacio era pequeño, poco más que menos que eso y con un paso atrás se hizo mas largo el silencio.
Dio media vuelta, y volvió sobre sus pasos, bajó de nuevo la escalera, tres pisos.
De nuevo aquel portal, el portón de madera, el suelo de mármol blanco, la luz amarillenta y en el timbre su nombre.
Salio de nuevo a la calle y encendió un cigarro, en busca de la calle alta sonrió al pensar en que una vez mas el invierno le había traicionado.