martes, julio 18, 2006

una sombra en el suelo


Aún la veo en el sofá, y soñando con que se hubiera quedado, me busco las palabras para contarlo. Hubiera bailado todo el disco y hubiera bebido una copa más con ella si es que esta vez de verdad es real todo lo que en mi mente acontece.
No se como esperarte y la presencia pone música a tu ausencia porque esta vez creo haberte visto; entre la gente, en medio del jardín queriendo volver, en el sofá, en mi pantalla negra, poniendo color a mi esperanza.
Huyo de querer necesitarte, no me parece un buen comienzo para una larga espera, aún así, verte o creer verte entre mi vida me recuerda que no me escondí muy lejos y que sigues siendo princesa de mi fabula con moraleja de tragedia griega.
Ahora, yo me esquivo en el recuerdo para no pensarte en la sombra de este miedo a reventar mis tratados de ausencia. Me quiero dejar en el tiempo, y dejarme correr mientras pase la vida. Pensarlo de una manera tan global me quita las responsabilidades de los objetivos conceptuales de mi evolutiva madurez y así pasan por mi lado lo suficiente como para simplemente ir bailándolos en mi rutina.

jueves, julio 06, 2006

equinocio


El calor se envenena entre las horas y el cuerpo pide a gritos agua. La noche cae sin aire y tú te soplas en las manos para ver si aún te vuelan los dedos.
Sigue cayendo el año entre tres meses de planes y muchas horas divagando, entre la calle y el terrao donde atardecen los colores.
Ya no sigo esperando el invierno en el que morían las hadas y yo me enterraba bajo el miedo de no volver a verlas. Una vez cambiado el destino, es hora de jugarse la vida, de sacar las castañuelas y bailarme la pereza, de abrir el pecho al viento y de ser estrella en el cielo que me ve pasar con tiempo.
Me espero en el recuerdo donde me hice fuerte, allí donde el grito se hizo promesa y el llanto rabia de poeta.
Creeme que estoy al vuelo de lo que esperes, sin mucho sentido pero dejandome caer sin esconder las alas, desde aquí arriba todo es hermoso y curiosamente parece insignificante.
Desde aquí, nunca tendré que preguntarte si volamos juntos, prefiero invitarte o mejor aún que si eso, esta tarde, te encuentre volando por alguna parte.