aterrado ante las nuevas entregas que entran despacio, ritmo entrecortado y letanias de naufragios en jaque, a punto de perder el tempo que marcaba la escapada.
Hoy y nunca puedo agarrame a las noches en vela para desgarrarme la palabra y dejar un aplauso para quien lo escuche y le agrade el cambio.
banalidad en el giro hacia lo cotidiano de aquella canción protesta contra lo tedioso de este tiempo que marca tarde, como si con el no fuera este día festivo.