Se ladea el atrapar este tintineo de placer tempranero.
Y es que me gusta tanto el verte hambrienta con mi carne.
Lejos de dejarlo te estremeces en el baile y contorneo de tus curvas que me agarran el jadeo.
Me vuelven loco tus colores y tus poses de niña mala, ese mirarme deseando que no termine nunca.
Agárrame a la entrada del baile que yo te espero sin mesura.