lunes, noviembre 14, 2005

él...


Gritando por debajo del mar, el sabor a sal bajaba con el agua, de las fosas nasales a la boca, mientras la corriente y el paso de las olas por encima de su cabeza tambaleaban su cuerpo. Cuando sacó la cabeza del agua tuvo que agitar con fuerza brazos y piernas para sortear la subida del agua con la próxima ola.