miércoles, noviembre 16, 2005

él...


El horizonte ya no le quedaba lejos, pensando que de un salto podía conquistar el aire, se quedó pensativo entre las nubes rojas. Atardecer.
Él tiene, después de todo, un principio en las espaldas.
Hacia delante, el vacío de un final comprendido entre el suelo y unas cuantas vueltas más del sol alrededor de su destino.