El temor se revuelca entre los sueños y la muerte del hombre.
Son los años los que enjutan el destino en una muerte prematura o en un camino lleno de esperanza entre los retos y el pasado que muere por hacerlo eterno.
Es mi espalda en el suelo del cuarto de baño que se vuelve frío y niebla de invierno.
Jueves de escamas y pescado con sabor a mar lejano y a pereza de viajero apostado en un mismo puerto.
Diferente por momentos, juego en la ambigüedad de los recuerdos hasta hacerte la guerra entre yo y tu mueca de mujer madura. Entre tus besos y mis manos en tu espalda.
Me muerdo la palabra y enfrento el vuelo con el suelo, pongo a prueba el beso y cambio las vocales por gritos y un jadeo.
Siempre atento al verso no lo encuentro si es que hay vida en tus adentros y hay un quiero en ese espejo que hace de tu cara un espacio de esperanza que me espera entre las hadas que prometen ser de nuevo, algo eterno.
Son los años los que enjutan el destino en una muerte prematura o en un camino lleno de esperanza entre los retos y el pasado que muere por hacerlo eterno.
Es mi espalda en el suelo del cuarto de baño que se vuelve frío y niebla de invierno.
Jueves de escamas y pescado con sabor a mar lejano y a pereza de viajero apostado en un mismo puerto.
Diferente por momentos, juego en la ambigüedad de los recuerdos hasta hacerte la guerra entre yo y tu mueca de mujer madura. Entre tus besos y mis manos en tu espalda.
Me muerdo la palabra y enfrento el vuelo con el suelo, pongo a prueba el beso y cambio las vocales por gritos y un jadeo.
Siempre atento al verso no lo encuentro si es que hay vida en tus adentros y hay un quiero en ese espejo que hace de tu cara un espacio de esperanza que me espera entre las hadas que prometen ser de nuevo, algo eterno.