martes, mayo 16, 2006

vino y letras

Florecen las copas de vino en la sed del poeta, para beberse a la musa y volver a llenar el vaso.
Se recuerda en el pueblo al héroe que mato al dragón de un susto cuando en vez de rescatar a la princesa le propuso un juego en el que uno no hablaba si el otro no tiraba fuego por la boca. Hoy la leyenda cuenta que su sangre aun corre entre la gente, sus raíces viajaron por el mundo sembrando libertad.
Las peleas de los niños en el parque recuerdan que el fuerte siempre fue el primero que se lo creyó y el día de mañana seguirá creyéndolo, el que no lo creyó con el tiempo tuvo la oportunidad de serlo y de ver al hombre morir de un susto.