La ventanilla que me regala una costa gratuita deja al fondo una cala que se asoma temblorosa entre la roca y el matojo, a la espera de una marea que la borde entre las rocas, aguardando una palabra o una estrofa perfecta pero sin estribillo, una casi canción caminera de las que regalan una risa cómplice.
Me juego la huella del siguiente paso a que me fuerzo la voz en el tarareo de esta letra por descubrir.
Actuando en la cuerda del la, me rasgo acordes contra el mar, y voy bordeando costa arriba por la nueva letra que espera que la quieran y la junten con vocales y golpes de teclado intencionados.
Me juego la huella del siguiente paso a que me fuerzo la voz en el tarareo de esta letra por descubrir.
Actuando en la cuerda del la, me rasgo acordes contra el mar, y voy bordeando costa arriba por la nueva letra que espera que la quieran y la junten con vocales y golpes de teclado intencionados.