guuur
y una tenue cantada se despelleja hasta acabar trasteada en un húmedo tocar. La agarrada lengua comilona se despereza a bocados de hambre. La tarea final de esta noche vestida de uniforme salta el protocolo y se descamisa hasta las trancas, deja a un lado el manual y se vuelve loca, dejándose llevar más allá de lo formal, seduciendo el humo descarado juguetea pecho contra pecho y par y pasa y jadea, se estremece a paso de calada baba que rechupa hasta Venus.
El roce de una punta carnosa con el humo se para en silencio y revienta hasta decir - aiiiiiii...