domingo, marzo 11, 2012

tururú

Empujando y agarrando muslo y dejándome jadear el tragarte todo. La espenta pelvis contra nalga mientras miras y me lanzas vítores de canne y adentro entra hasta el grito rutinario más placentero.
La boca que se come el aliento desgarrado en busca de un final infinitamente feliz.
 La bandida mano estimula este entremedio placer.