martes, enero 17, 2006

viajoando


Seguro que ahora voy, y fuera de las huellas, encuentro un camino. Saliendo por el lado verde de los colores, voy y encuentro una luz y me quedo viendo como la vida cambia de color.
Es hora de no dejar colgando los buenos recuerdos, es el momento de coger el peso y volar hacia el nuevo sueño de una vida pensada en nada.
El plan de ser lleva hacia la historia de un hombre, del que soy aquí dentro.
Por fuera me pinto las formas, me calzo las penas, me bailo la buena estrella que le he comprado a mis sueños y vuelvo a casa con una venda en los ojos porque no quiero recordar el camino, mañana despierto y después de tomar el té, organizo mi despedida de las cosas que quiero dejar atrás, el resto es mi destino y un buen comienzo.
La cantidad no es buena compañera, el paisaje es bonito si lo miras con ojos de sorpresa y no te has cansado de estar por aquí, por el mundo. El eterno dictador de la razón humana siempre será el peor de los dioses que puedan comprar tu alma, y tú, en esta vida condenada a la muerte, eres el único capaz de no tener todas las cosas que ellos, dioses y dictadores, quieren que tengas.