EL INSULTO desgarrado al aire se frustra mientras se pierde en la inmensidad del viento de poniente,
se pierde facilmente, se despedaza en el tercer segundo en libertad, y el regusto que te deja en la boca se torna rabia.
Tu reflejo es descarado contigo y te muestra "la parte chunga", te arrepientes del insulto al mundo y lo redireccionas hacia ti en un intento de encontrar un culpable.